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Mejor Suerte que Talento

INOCENTE

INOCENTE Ayer me gastaron una broma telefónica unas amigas…fue una broma graciosa, de las que luego cuando se descubre el pastel te ríes bastante… eso si… yo me la creí entera de principio a fin; en ningún momento pasó por mi cabeza que el tema pudiese ser una guasa… y esto me hizo pensar en la inocencia, ¿Hasta que punto es bueno ser inocente?.

Me considero o me consideran persona inocente, y aunque en principio tiene muy buena prensa este adjetivo, a mí me ha jugado muy malas pasadas. La inocencia no tiene porque ser mala si se une a la confianza en uno mismo… pero ¿Se puede?… ¿Se puede ser una persona inocente y segura? Normalmente solemos catalogar al inocente como alguien débil, alguien con ausencia de malicia que necesita protección, por lo tanto… la seguridad y la inocencia ¿No serán una pareja imposible?

9 comentarios

aiyana -

Pozi, que cada cual sea como quiera o como pueda

nadie -

Ser desconfiado TAMPOCO es sinónimo de seguridad. A veces todo lo contrario. En fin. Que cada cual sea como es.

aiyana -

Pues eso mismo me pregunté yo... me entró un complejo de tonta...

OtraTazaDeCafé -

Jajajaja, la verdad es que después de cosas como esta una piensa "pero cómo he podido creermelo?" pero... es más divertido así!

aiyana -

Si claro deyec fijo que se le quitan con eso las ganas de bromitas (pobre)

No Dan no le pillé la voz lo hacia muy bien la cabrita

Dan -

Jajaja! Y no le pillaste la voz? La inocencia no es incompatible con la seguridad; de hecho, a veces, ambas van extrañamente ligadas.

!D

Deyector -

Ahroa deberías devolverle la broma robándole el marido, ya verás qué guasa...

aiyana -

Un amiga por telefono se hizo pasar por una argentina, y me acusaba de acostarme con su marido... me llamaron como unas cinco veces... al final tenía un rebote.... je je. Lo mejor fue cuando me llamó para decirme que era broma y decirme quien era... ¡¡¡ cabrona !!!

jc77 -

Jeje, yo seguro que también habría caído. Cómo fue la broma??

Solemos caer en las bromas las personas que, pese a los palos recibidos, seguimos confiando en que, a priori, todo el mundo es bueno. Y puede que en eso seamos muy inocentes, sí.